Atreyu, tras huir de Ygrámul llegó al Oráculo del Sur,
donde se desmayó a causa del veneno. Junto a él, también llegó el dragón blanco
de la suerte, Fújur. Pero ambos perdieron la consciencia al poco tiempo de
llegar, y se desmayaron. Cerca de allí, vivían dos gnomos, que los ayudaron.
Era una pareja anciana Urgl y Énguivuck. La mujer les preparó una
medicina, y al cabo de un tiempo despertaron. Su marido, les enseñó su
catalejo, que les mostraba una llanera, vacía si no fuera por las esfinges que
vigilaban una de las tres puertas que conducían a Uyulala.Una de las esfinges, cercana a la puerta, tenía patas delanteras de león,
parte trasera como la de un toro, unas alas de águila en la espalda y el rostro
como el de un ser humano, pero inexpresivo. La otra, estaba a una gran
distancia de ella, como si fuera un lejano espejo. Se miraban a la cara, sin
moverse de su posición. Y aunque parecían estatuas, no lo eran, se movían e
incluso vida propia tenían.Atreyu tenía
que pasar por delante de las esfinges, para ir a la puerta. Pero no era tan
sencillo como parecía, ya que las esfinges a cualquiera pasar no dejarían. Pero
Atreyu consiguió su permiso y pudo pasar sin compromiso. Tras la puerta
atravesar, otra prueba se fue a encontrar, tenía que atravesar la puerta que
era como un espejo, fijándose bien en el reflejo de ese objeto, aunque fuera un
gran reto. En aquel cristal lo que fue a encontrar fue a Bastián, que al juego
del escondite quería jugar, ya que en el desván se ocultaba de los demás. Esta
prueba sencilla para Atreyu fue, pero lo que en la siguiente habitación se
encontró no se lo esperó, una verde pradera donde se olvidó de su misión, y la
siguiente puerta halló. Después de su última prueba pasar, con Uyulala por fin
se pudo encontrar, una voz que si no era en verso no podía hablar.
Transcurridos unos días con la voz, Atreyu por fin encontró la solución a su
misión, un nuevo nombre le tenían que dar a la Emperatriz Infantil para poderla
salvar. Y sin más tiempo perder, volvió a donde le esperaban los gnomos y su
nuevo amigo fiel. Así el viaje de vuelta emprendieron, a donde los cuatro
mensajeros al principio fueron, para avisar a la Emperatriz Infantil y así
poderla salvar.
Ygrámul el MúltipleYgrámul el
Múltiple habita en el Abismo Profundo, una brecha enorme que hay en las Montañas
Muertas, al que se llega atravesando el Pantano de la Tristeza, donde habitaba
la Vetusta Morla. Él habita solo, ya que en las Montañas Muertas no hay ningún
ser vivo más. Ygrámul el Múltiple no se llama así de casualidad, ya que ni si
quiera es un único ser vivo. Ygrámul consta de muchas criaturas que se mueven,
alimentan y trabajan en equipo como si fueran un solo, por eso el apodo de 'El
Múltiple'. También hablan al unísono, por lo cual tienen una peculiar forma de
hacerlo. Son seres carnívoros, y para atrapar a sus presas, hacen una cosa
similar a una telaraña, y esperan a que alguna presa que venga de paso se quede
atrapada, para después inyectarle su veneno, mortal, con el que el pobre animal
morirá muy rápido, ya que sólo le quedará una hora de vida, aproximadamente. Atreyu, cuando
llegó al Abismo profundo, vio a un dragón de la suerte, blanco, llamado Fújur,
que estaba atrapado en una de esas telarañas de Ygrámul, ya que ese iba a ser
su almuerzo. Cuando intervino Atreyu, Ygrámul se puso en forma defensiva, y le
preguntó que quería. Él le dijo que le gustaría llevarse al dragón blanco de la
suerte, para ir al Oráculo del Sur, para encontrar a Uyulala, que supuestamente
le iba a ayudar a encontrarle un nombre a la Emperatriz Infantil. Pero Ygrámul
lo ignoró, ya que no iba a ayudarlo. Tras mucho insistir, y por fin cedió, tuvo
que morder a Atreyu, ya que su veneno, a parte de mortal, podía transportarlo a
cualquier otro lugar de Fantasia. Así Ygrámul desveló su secreto, el cual nadie
salvo él, y los presentes en aquel momento, sabían. Entonces Atreyu aceptó a
ser mordido por el Múltiple, que se movió a su objetivo: el Oráculo del Sur.
Pero no estaba solo. Fújur, que escuchó todo, también se transportó con él
hasta allí. Cuando se dio cuenta, se presentó y le dio las gracias por
salvarlo, pero tuvo poco tiempo en los que estaba todavía consciente, ya que se
desmayó, y al cabo de un rato lo hizo Atreyu. Morirían por culpa del veneno de
Ygrámul, pero gracias a unos gnomos, se consiguieron salvar, y Atreyu pudo
emprender su búsqueda para encontrar a Uyulala.
Pero lo que no sabían ni Atreyu, ni Fújur, ni Ygrámul era que había una
criatura siguiendo al primero. Ese ser era Gmork, cuya misión era encontrar a
Atreyu y matarlo, por el deber que tenía este último, pero que por suerte
escapó. Aunque esa ocasión, por desgracia, no sería la última vez que vería a
Atreyu. Así que hasta que se volvieran a encontrar, vivirá intrépidas
aventuras. Los tres trolsEn el Bosque de Haule habitaban troles de la corteza,
unos seres de Fantasia que parecían árboles, ya que, a no ser que se movieran y
se notaran sus extremidades, eran idénticos a ellos. Tras el devastador paso de
la Nada, sólo quedaban tres troles en el bosque, pero que, por desgracia, iban
a desaparecer dentro de poco debido a que la Nada hizo que se fueran
desvaneciendo poco a poco, hasta que desaparecieron.
Antes de que desaparecieran, Atreyu se encontró con ellos. La visión no es que
fuera muy agradable, ya que al primero le faltaba la parte inferior del cuerpo,
desde los pies a la cadera, por lo que se tenía que ir desplazando haciendo el
pino. El segundo trol tenía un gran agujero que le atravesaba el pecho,
pudiendo mirar lo que tenía detrás a través de él. Y el último sólo tenía la
parte derecha del cuerpo, por lo que tenía que ir cojeando hasta donde sea.
Acompañaron a Atreyu para que viera a la irresistible nada, por lo que se tuvo
que subir a la copa de un árbol. Cuando regresó al suelo, ellos ya habían
desaparecido. Lo que ni Atreyu ni Bastián sabían era que esos seres de Fantasia
que habían entrado a la nada, ya sea por voluntad propia o que los hubiera
absorbido, se habían transportado al mundo de los humanos, pero completamente
distintos, ya que provocarían las malas ideas y pensamientos en nuestro mundo,
y que aquellos que antes eran duendes, troles, dragones o fantasmas serían
irreconocibles mentiras, malos pensamientos, ideas y sentimientos hacia las
demás personas. Descripción de AtreyuAtreyu pertenece a la tribu de los hombres
de hierba, o piel verde, de diez años de edad, aproximadamente. Tiene la piel
verde aceituna, pintada con adornos sencillos en la parte de la frente y las
mejillas. Su pelo, largo y de un color negro ,lo tiene recogido en una trenza,
a partir de la nuca, con unas tiras de cuero. Tiene unos zapatos de cuero
blando de búfalo, unos pantalones largos y un manto de búfalo rojo sobre los
hombros, que llegaba hasta el suelo. Después de aceptar la misión, también lleva
la Alhaja colgada del cuello .Atreyu, cuyo nombre significa ‘Hijo de todos’, ya que sus
padres murieron poco después de nacer él y fue criado por todos los de la
tribu, es valiente y decidido. En su viaje le acompañaba Ártax, su fiel
caballito y más tarde Fújur. Descripción de los personajes
principalesEn la Historia Interminable hay 4 personajes principales:
Uno de ellos es un “fuego fatuo”, de nombre Blubb: Es una esfera
luminosa, del tamaño de una pelota, con una pequeña figura y viva en su
interior. Se suele mover en línea recta, aunque como debe atravesar el bosque,
se mueve en zigzag, para no chocarse con los árboles. Por lo que parece, es muy
miedoso, ya que se pierde muy a menudo y le cuesta mucho trabajo mantener una conversación con los demás.Otro es un “comerrocas”, llamado Pyernrajzark:
Como el nombre indica, come rocas. Solo y exclusivamente rocas, come un poco
cada cierto tiempo. A parte, también está hecho de rocas grises, tiene su casa
hecha de rocas y las cosas que fabrica están hechas de rocas. Es muy grande,
mide más de 10 pies, y es muy orgulloso. Vúschvusul es un “silfo nocturno”, de un tamaño considerablemente superior al de
Blubb. Es como una oruga negra, con el cuerpo cubierto de pelo, las manos
pequeñas y rosadas, y los ojos como lunas. Se transporta en un murciélago
negro, mucho más grande que él. repite mucho la frase: ‘¡Huyhuy!’. Y el último mensajero es un “diminutense”, que se
llama Úckuck.
Es muy pequeño, como todos los de su especie. Lleva puesto un trajecito de colores
y un sombrero rojo. Se transporta a través de un caracol de carreras rosado,
sobre el cual había una silla de montar y unas riendas de hilos de plata.
Parece ser más amable que los demás mensajeros que conoció en el claro.
Teresa Arribas Poltronieri .